Esta es la historia reciente de una mesa de jardín de teka un poco trotada...
tiene unos 16 años y hasta hace una semana se encontraba en unas condiciones bastante penosas. Además de pasar muchos inviernos a la intemperie,
también pasó largas temporadas guardada en un oscuro parking cogiendo polvo y humedad.
Aprovechando las vacaciones escolares, mi hija y yo hemos decidido hacerle un "cambio radical" a la mesa y a pesar del intenso calor de estos días
nos hemos puesto manos a la obra y la hemos adecentado.
Lo primero que hemos hecho es limpiar la mesa concienzudamente para acto seguido pasar la lijadora. Nos hemos puesto una mascarilla de las de hospital porque realmente salía una cantidad de polvito de madera increíble que se nos metía hasta en los ojos.
Una vez la madera ha perdido ese color negruzco de la humedad y ha aparecido el color original hemos limpiado a fondo otra vez, para eliminar los restos de serrín.
Luego hemos dado una capa de imprimación universal sobre toda la superficie incluyendo las patas y lo hemos dejado secar unas 3 horas. La verdad es que la imprimación seca bastante rápido y más aún a la temperatura que estamos estos días... nosotras hemos sudado la gota gorda!
Una vez seca, hemos procedido a darle la primera capa de pintura
y la hemos dejado secar toda la noche.
Le hemos dado una segunda capa de pintura y una vez seca, hemos lijado con lana de acero diferentes partes de la mesa para que saltara la pintura y apareciera el color marrón original.
Una vez hecho ésto, hemos utilizado una esponjita para poner betún de jueda en las zonas lijadas para teñir y difuminar dando un aspecto envejecido.
La verdad es que nosotras estamos muy orgullosas del resultado.
Aunque esté envejecida, parece una mesa nueva.
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